jueves, 24 de mayo de 2007

Los primeros años en el mountain


Cuando volví de Córdoba, la bici era un elemento que estuvo en la mira desde siempre. Antes que nada debería encontrar un laburo, sino no iba a tener para la bici ni para comer!. Pero como siempre, las cosas se dan de forma natural. En febrero, cuando liquidaba mis últimos ahorros en pagar mi primer mes de pensión, conseguía empezar a laburar pintando letreros con el Yegua Arenas y su primo Yoyo. Estos personajes aducían de que yo estaba siempre de joda, y que por eso me costaba llegar a horario a su taller, entonces decidieron comprarme una bici para que llegara más temprano. Así fue que me compraron ¨El camello¨ una rodado 26 de acero, pesadísima, con 10 velocidades con mandos indexados en el manubrio, usada por supuesto, que iban descontando de mi salario semanalmente. Aplicando el proverbio "a caballo regalado..." aunque de regalo no tenía nada, me subí y usé esta bici durante mucho tiempo. Cerca de donde yo vivia estaba Bicicorsa, una tienda de bicis bastante copada, con cosas de ruta finísimas. Me acuerdo que tenían un montón de cuadros colgados de distintas marcas, tallas y colores. Mi objetivo estaba puesto ahí: iba a volver a tener una bici de ruta.
Al verano siguiente, ya con un laburo mejor, comencé a juntar plata para comprarme un grupo Shimano completo, y hacerme un cuadro a medida. El Camello pasó a heredarlo mi hermano (ver: mi hermanito Matias, en este mismísimo blog). En poco tiempo, unos seis o siete meses, tuve mi bici de ruta, hecha a medida, con un Shimano 105 completo, ruedas Nisi Toro, manubrio y stem 3T, asiento Turbo y el portasilla Miche que venía rebajado tipo aerodinámico. Empecé a andar con los de la bicicletería Victoria, los mismos que me habían hecho el cuadro, recuperé la ruta y ya planeaba pedalear por las montañas que siempre habia querido conquistar en dos ruedas.
El entusiasmo duró poco: una noche llegaron los cacos y se llevaron mi montura, entre otras tantas cosas que me pelaron.
No me desanimé y empecé de nuevo. Señé un grupo nuevo 105, encargué un nuevo cuadro, y me armé de paciencia.
Pasaba el tiempo y la cosa no avanzaba, ni el cuadro ni el grupo. Para esos días había iniciado un curso de andinismo, y uno de los flacos del club tenia una Haro Escape azul que me llamó la atención. En ese momento algo me hizó click! y empecé a contemplar la idea de tener una mountain. El paso siguiente fue trocar la seña del grupo en la bicicletería por una bici de mountain de cuadro de cromoly llamada D´Alessandro. La bici estaba buenísima debo admitir: full LX con mandos rapidfire, dirección oversize; manubrio, stem y portasilla de aluminio, cuadro con sloping. Yo estaba feliz con mi nueva bike. A los pocos días de tenerla me fuí al circuito El Gusano, un lugar frente al zoo, donde se hacían carreras. Mi entusiasmo fue creciendo cada vez más, y ya pensaba en horquilla de suspensión, le habia puesto cuernos y un manubrio Zoom. A fin de ese año viajé al sur, Bariloche y un poco más. Estaba alucinado con las bicis que veía! GTs Zaskar, Pantera, Ritcher 8.0; Trek 850 y 920, Marín, Iron Horse...ya estaba enroscadísimo. En Bariloche me gasté unos buenos mangos en un par de cubiertas para reemplazar mis Michelin originales: le puse unas Specialized Cannibal 2.1, quedó violenta. Con ella iba siempre a laburar, habia empezado hacia poco en Dealers y pedaleaba todos los días, con frío, sol, zonda o lluvia. Y fue en uno de esos días de laburo que pasó (nuevamente) una tragedia. Si querido lector, me la robaron.
Dejando el pesar de lado, poco tiempo después volví a la carga: el chileno de BC me vendió una D´Allesandro igual, sólo que de otro color. Otra vez volví a la carga, empecé a pedalear por la tierra cada vez más. A Dealers entra a trabajar un personaje: el negro Puebla, y de buenas a primeras me dice "que linda bici, yo también pedaleo". Una mañana llego y me encuentro con una nave infernal, una de las bicis mas lindas que existian por esos días: una GT Zaskar. grande fue la sorpresa cuando me enteré que era de este cabrón. A partir de ahí empezamos a pedalear, conocí la gente que forjaba el ambiente del mountain por estos pagos, los circuitos, los lugares obligados, ese mismo año se hizo acá el primer campeonato argentino de mountain. Pero yo sentía que me faltaba algo, me faltaba bici. Me metí en un préstamo de sueldo en la misma agencia y así me llegó mi primera grande: una Giant ATX 780 con suspensión y full LX ¨93. Ahora si cambió la cosa. Pero la GT de mi amiguito me pesaba en el alma, habia que hacer algo para tenerla. El Negro no tardó en querer cambiarla por una doble suspensión y así yo me quedé con ella: estaba nuevísima, la habían traído directamente de USA, tenía una Rock Shox MAG 20 y full XT, era una verdadera purasangre. Para esto yo ya pedaleaba bastante. Con Emilio saliamos todos los fines de semana, era una cosa febril, nunca había suficiente tiempo para pedalear, y yo amaba mi bici. Esta GT me acompaño varios años, hasta corrí mi primer carrera en ella, en Potrerillos junto al Emi, una pasada...Como con todo, la personalizé hasta tenerla a full como a mi me gustaba: gomas Panaracer Smoke y Dart, asiento Vetta ultraliviano con rieles de magnesio, cierres Trans X anodizados, Sram GripShift X600...pero también como con todo, cuando mejor la tuve la terminé vendiendo...para pasar a mi primer moto. Ahí hacemos un parentesis porque pasamos a otras "bikes", pero eso es parte de otra historia.

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