martes, 29 de mayo de 2007

El humor es necesario.


Escucho constantes quejas de gente acerca de sus parejas. Parece una condición implicita, no hay manera de zafar de eso. Es cierto que cuando uno convive es inevitable el roce, la confrontación, las discusiones. Yo no soy ajeno a todas estas maravillas, soy víctima y victimario de situaciones como las que mencione anteriormente, para que negarlo. Pero si tengo algo que rescatar y que defender a muerte de my beloved wife, es su sentido del humor. Tengo presente en mi memoria momentos de discusiones ásperas, y que en medio de esa batahola, a esta mujer le vino un exabrupto humoristico que te deja descolocado hasta al más caracúlico. Tal vez la discusión continue, si, pero te puedo asegurar que así se aflojan hasta los remaches del Kursk en el fondo del Báltico. Todos los días tengo muestras de su humor, o te sorprende con algo o te festeja lo tuyo, pero tiene la constancia del buen humor todos los días. Me encanta hacerla reír, marcándole algo gracioso en algún lugar público para que se tiente y tenga que esconderse para no largar la carcajada. Adoro que haga reír a Lu, con sus ocurrencias a la altura de la niña, cuando se esconden en la cama o me cantan canciones en el auto camino a la escuela.
Estoy seguro, seguro que a esta chica cuando la fotografían, la expresión "sonría!" le redunda.
Lo mejor de todo, te termina contagiando.

Los viajantes


El viernes a la noche, pollo al disco de por medio, hablámos harto de ésto. Yo escuchaba y reía, más que hablar. Hay tipos como Walter, que te pueden contar veinte veces seguidas las mismas cosas y te siguen causando gracia. En fin, el punto es que hubiese querido estar en cada una de las idas a Chile, esos veranos mágicos que son el patrimonio del grupito de los jueves, que están grabados de por vida con tinta indeleble. Tuve suerte de poder ir una vez, tengo mis anécdotas y mis momentos también. Tengo la suerte de conservar lo más importante: la junta. Sin ellos, estos recuerdos, tan importantes para nosotros, pasan como insignificantes pelotudeces de flacos que ya están para otra cosa, en vez de acordarse siempre de lo mismo...Mal que les pese a los mortales, "pelotudeces" como estas crean vínculos que no se rompen con el pico metálico y frío de los cínicos que no tuvieron infancia, adolescencia, sueños ni nada. Menos mal que hay gente como Dolina que se encargó de identificarlos y clasificarlos, y que planta la advertencia: los refutadores de leyendas son trabajadores de tiempo completo.

Y entonces quedaron tres...


Hoy traje un disquito que rescato de entre mis vinilos preciados. Se trata de Duke (Genesis, 1980), un disco que resulta accesible y facil de abordar cuando se trata de un grupo como éste. Claro, cabe aclarar que es la expresión minimizada de Génesis, en donde no militaban ya Gabriel ni Hackett, ni tampoco Bill Bruford. Esto no lo desmerece, en absoluto. Estamos ante un grupo que, sin perder la orientación de lo progresivo, se reinventa y suena fresco. Es indudable que en ésta, su segunda placa como trío, el grupo se ve claramente conducido por un Collins que marca un rumbo definido, y del que no van a volver. Así lo marca el tema que sería su corte de difusión, Turn it on again. De cualquier manera es un disco sumamente interesante, que vale la pena escuchar venciendo el prejuicio de "supergrupo venido a menos". Varias de sus interpretaciones sonarán tan contundentes que muestran a las claras los orígenes musicales de esta gran banda.

lunes, 28 de mayo de 2007

No me dejen solo...


Más vale que empiecen a entrar comentarios, porque la idea es que también se copen y participen...Ayuden, haganme acordar cosas, tirenme data o vamos para atrás...esto es también de ustedes...o van a dejar que lo agarre para mi solito y empiece a contar cuando tenia un montoooooooon de pelos en la cabeza y esas cosas? Si ven que a mi se me hace alguna laguna, es hora de meterme un cachetadón en la nuca y encarrilarme en la senda del buen escribir (es un decir, es un decir..!)
La cuestión es que hoy se me dió por hacer un poco de huevo y estoy escribiendo cualquiera...pero bueno, ya retornaran las ideas y seguiremos con la promisoria ruta de recuerdos, anécdotas y musiquitas...
See you.

Rapido, el disquito..!


A veces me pasa que me embarco en cosas que después no se como sostener...
El disquito de hoy es Slowhand (1977) de Eric Clapton. No hay mucho para decir, si te gusta la guitarra. Contiene clásicos conocidos por todos, pero yo recomiendo prestar atención al track 8, Mean Old Frisco, tocado con slide y una Dobro, una delicia vea...

jueves, 24 de mayo de 2007

Los primeros años en el mountain


Cuando volví de Córdoba, la bici era un elemento que estuvo en la mira desde siempre. Antes que nada debería encontrar un laburo, sino no iba a tener para la bici ni para comer!. Pero como siempre, las cosas se dan de forma natural. En febrero, cuando liquidaba mis últimos ahorros en pagar mi primer mes de pensión, conseguía empezar a laburar pintando letreros con el Yegua Arenas y su primo Yoyo. Estos personajes aducían de que yo estaba siempre de joda, y que por eso me costaba llegar a horario a su taller, entonces decidieron comprarme una bici para que llegara más temprano. Así fue que me compraron ¨El camello¨ una rodado 26 de acero, pesadísima, con 10 velocidades con mandos indexados en el manubrio, usada por supuesto, que iban descontando de mi salario semanalmente. Aplicando el proverbio "a caballo regalado..." aunque de regalo no tenía nada, me subí y usé esta bici durante mucho tiempo. Cerca de donde yo vivia estaba Bicicorsa, una tienda de bicis bastante copada, con cosas de ruta finísimas. Me acuerdo que tenían un montón de cuadros colgados de distintas marcas, tallas y colores. Mi objetivo estaba puesto ahí: iba a volver a tener una bici de ruta.
Al verano siguiente, ya con un laburo mejor, comencé a juntar plata para comprarme un grupo Shimano completo, y hacerme un cuadro a medida. El Camello pasó a heredarlo mi hermano (ver: mi hermanito Matias, en este mismísimo blog). En poco tiempo, unos seis o siete meses, tuve mi bici de ruta, hecha a medida, con un Shimano 105 completo, ruedas Nisi Toro, manubrio y stem 3T, asiento Turbo y el portasilla Miche que venía rebajado tipo aerodinámico. Empecé a andar con los de la bicicletería Victoria, los mismos que me habían hecho el cuadro, recuperé la ruta y ya planeaba pedalear por las montañas que siempre habia querido conquistar en dos ruedas.
El entusiasmo duró poco: una noche llegaron los cacos y se llevaron mi montura, entre otras tantas cosas que me pelaron.
No me desanimé y empecé de nuevo. Señé un grupo nuevo 105, encargué un nuevo cuadro, y me armé de paciencia.
Pasaba el tiempo y la cosa no avanzaba, ni el cuadro ni el grupo. Para esos días había iniciado un curso de andinismo, y uno de los flacos del club tenia una Haro Escape azul que me llamó la atención. En ese momento algo me hizó click! y empecé a contemplar la idea de tener una mountain. El paso siguiente fue trocar la seña del grupo en la bicicletería por una bici de mountain de cuadro de cromoly llamada D´Alessandro. La bici estaba buenísima debo admitir: full LX con mandos rapidfire, dirección oversize; manubrio, stem y portasilla de aluminio, cuadro con sloping. Yo estaba feliz con mi nueva bike. A los pocos días de tenerla me fuí al circuito El Gusano, un lugar frente al zoo, donde se hacían carreras. Mi entusiasmo fue creciendo cada vez más, y ya pensaba en horquilla de suspensión, le habia puesto cuernos y un manubrio Zoom. A fin de ese año viajé al sur, Bariloche y un poco más. Estaba alucinado con las bicis que veía! GTs Zaskar, Pantera, Ritcher 8.0; Trek 850 y 920, Marín, Iron Horse...ya estaba enroscadísimo. En Bariloche me gasté unos buenos mangos en un par de cubiertas para reemplazar mis Michelin originales: le puse unas Specialized Cannibal 2.1, quedó violenta. Con ella iba siempre a laburar, habia empezado hacia poco en Dealers y pedaleaba todos los días, con frío, sol, zonda o lluvia. Y fue en uno de esos días de laburo que pasó (nuevamente) una tragedia. Si querido lector, me la robaron.
Dejando el pesar de lado, poco tiempo después volví a la carga: el chileno de BC me vendió una D´Allesandro igual, sólo que de otro color. Otra vez volví a la carga, empecé a pedalear por la tierra cada vez más. A Dealers entra a trabajar un personaje: el negro Puebla, y de buenas a primeras me dice "que linda bici, yo también pedaleo". Una mañana llego y me encuentro con una nave infernal, una de las bicis mas lindas que existian por esos días: una GT Zaskar. grande fue la sorpresa cuando me enteré que era de este cabrón. A partir de ahí empezamos a pedalear, conocí la gente que forjaba el ambiente del mountain por estos pagos, los circuitos, los lugares obligados, ese mismo año se hizo acá el primer campeonato argentino de mountain. Pero yo sentía que me faltaba algo, me faltaba bici. Me metí en un préstamo de sueldo en la misma agencia y así me llegó mi primera grande: una Giant ATX 780 con suspensión y full LX ¨93. Ahora si cambió la cosa. Pero la GT de mi amiguito me pesaba en el alma, habia que hacer algo para tenerla. El Negro no tardó en querer cambiarla por una doble suspensión y así yo me quedé con ella: estaba nuevísima, la habían traído directamente de USA, tenía una Rock Shox MAG 20 y full XT, era una verdadera purasangre. Para esto yo ya pedaleaba bastante. Con Emilio saliamos todos los fines de semana, era una cosa febril, nunca había suficiente tiempo para pedalear, y yo amaba mi bici. Esta GT me acompaño varios años, hasta corrí mi primer carrera en ella, en Potrerillos junto al Emi, una pasada...Como con todo, la personalizé hasta tenerla a full como a mi me gustaba: gomas Panaracer Smoke y Dart, asiento Vetta ultraliviano con rieles de magnesio, cierres Trans X anodizados, Sram GripShift X600...pero también como con todo, cuando mejor la tuve la terminé vendiendo...para pasar a mi primer moto. Ahí hacemos un parentesis porque pasamos a otras "bikes", pero eso es parte de otra historia.

Te amo, te odio, dame mas...


Antes que nada: es una enorme casualidad que hoy que pensaba hablar de este disquito, en Cual es? hayan estado Lebón y Aznar, cosas del destino, vió?
Durante fines de los sesenta, los setenta y los primeros ochenta, existieron bandas que se ganaron el calificativo de ¨supergrupos¨ En esa categoría, y para tener una idea de la magnitud, se encuadraban Yes, Zeppelin, ELP, King Crimson, Genesis (con Hackett y Gabriel), Cream, Purple, Floyd, y tal vez me quede algún otro...pero no eran muchos más. Su principal característica: no habían músicos para completar formación, simplemente todos eran genios, capos capos en su máxima expresión. Tenés un Bill Bruford que estuvo con Yes, Genesis y Crimson, un Tony Levin que formó con los Crimson y con Floyd, o el caso del último monstruo que fue Asia con Steve Howe (Yes) John Wetton (UK), Carl Palmer (ELP) y Trevor Horne (Yes). En Argentina también tuvimos bandas enormes, pero si hubiera que calificar a LOS supergrupos, yo hablaria de Spinetta Jade y de Serú Giran.
A los Serú los ví en 1981, en la ocasión en que vinieran a presentar ¨Peperina¨, su cuarto album de estudio. Tocaron en el Cóndor, hoy cine Universidad. De más está decir que fué alucinante. Poder ver a Serú saldaba la deuda musical para los que no habíamos llegado a ver a La máquina de hacer pájaros (otro supergrupo te diría) o más aún, a Sui Generis.
Ser contemporáneo de Serú fue tremendo. Esperar sus discos, cantar todos sus temas, aprenderse las intrincadísimas letras y melodías del Charly mas afinado que sonó jamás...
Peperina es un disco que los muestra en su punto más álgido. Es tremendo de punta a punta, no decae ni un segundo.
Mención especial personal para Cinema Verité, un tema que hoy, a más de 25 años de haberlo escuchado por primera vez, me sigue poniendo la piel de gallina, que no es poco...

martes, 22 de mayo de 2007

Hablemos del rock, entonces...

Cuando por fín nos juntamos, después de ese verano movido e incierto de 1985, entendí que se trataba de una suerte de rescate. Por qué? fácil, cualquiera que conociera lo que era mi vida en esos días lo podría entender. No es que estaba en el quinto purgatorio, tampoco, pero rozaba el embole y la desilusión muy de cerca. Los primeros aprontes de una banda que vinieron con Tato y Fer, eran la ilusión de un horizonte más alto de lo que me auguraba mi realidad de vendedor de soda Chyc en motito. Haciéndole una fuerza imparable, logramos juntarnos a bosquejar algo, a empezar a tocar. Haciéndo un aguante impresionante también estaba Quique, el Melena, que intentaba pegarle algo de (no ya su virtuosismo) hace -tres-acordes-como-la-gente al Fer. Yo aporreaba una bata prestada por un no me acuerdo quién bastante poco rockerito en su traza, que no se como había confiado su instrumento (rotura de parche de bombo incluída). Todo se mezclaba en una piecita de adobe frente a la casa del Fer, que para nosotros era el Electric Ladyland Studio. Las canciones de a poco tomaban forma, dejabamos los covers (en esa época a nadie se le ocurría hacerlos) de lado y pronto sentímos que faltaba un cantante. En esos días yo cursaba dibujo publicitario en la escuela del AMAP y tenía un compañerito rocker simpático, que para mí daba. Como todos cayó por amiguismo más que por virtud. La cuestión es que Alfredito peló voz, actitud y todo! Ya eramos banda, faltaba un nombre, que no tardó en llegar: Napalm.
Con nuestro bagaje de ilusión y calentura rockera, seguimos juntándonos lo más que podíamos. Yo recibí la noticia de que nos íbamos a vivir lejísimo, a un menos que pueblo, y eso ponía en riesgo mi presencia en la banda. Además, seamos claros, no podia seguir con instrumento prestado, y no tardó en aparecer un boludo con batería propia (lo digo con algo de dolor del momento, no regrets, uh?) que me terminó desplazando de los ensayos de Radio Nacional primero, y de un sueño después.
Fue durisimo para mí. Me alejaba físicamente de mis amigos por una cuestión de domicilio, pero también perdia mis amigos en un pase cruel del destino. Sentía que realmente perdía todo, que me iba a perder yo en ese desierto donde me había tocado ir a parar. Atrás quedaban las noches en el Torombolo, esperando el bondi de la una de la mañana, el frío de la caminata hasta RN en la Emilio Civit, los puchos compartidos hasta la última seca...era todo boludo! Sólo me quedaba la mano amiga del Bocacho, quién pacientemente se iba hasta allá a verme a traerme noticia de aquellos ingratos que me habían dejado ir sin preguntar mucho...o al menos yo lo sentía así,
El tiempo después me mostró otra cosa (bien pibe...) porque la amistad de aquellos día es la más intensa que viví en mi vida, sin exagerar. Nunca más tuve una relación de hermandad como en aquellos días, por eso también sufría la pérdida, que por suerte no fue más que temporal, pero eso es otra historia.
Si te puedo decir que los grandes están de vuelta, y que nunca dejaron de estarlo. La mesa de los galanes está a la vuelta de la esquina...

lunes, 21 de mayo de 2007

Mi hermanito Matias


A mi hermanito Matias también le gustan las bicis. Mucho. A tal punto que es un excelente corredor, con muchas carreras corridas, varias ganadas, un par de campeonatos y hasta un subcampeonato argentino en su haber. Ojo, no es joda, corre en una categoría super competitiva (PRO) y sus puestos de cabeza tambien los ha obtenido en otra tan competitiva como esa (Elite). No puedo ser objetivo con él, es mi hermano...yo siento gran admiración por su perfomance deportiva, es una pena que no lo haya podido ver correr muchas veces, es más en un par de carreras nos hemos cruzado en la salida o en la llegada, cosa que no te permite ver mucho como vás...es que estamos lejos, a 700 km de distancia.
Pero encontramos en la bici un tema en comun que nos acerca, no todo lo que quisiera yo pero algo es algo.
Ahora, de donde sacó el fanatismo, ni idea. De antes, de chico, me acuerdo de una bici rod. 20" de cross que tenía, con la que saltaba escalones en Los Reartes, más adelante yo le pasé una 26" proto mountain (el Camello), con la que empezó a entusiasmarse con el tuning, comprándole cositas cada vez que podía: cantilevers y mazas anodizadas de colorcitos, platos y palancas de aluminio, manillar doble altura, hasta un cuadro de cromoly Bicycle Look con los pasacables integrados y todo. No se sorprendan, les estoy hablando de principios de los ´90! Cuando él venía para acá, y yo ya tenía mi primera Zaskar, le conseguía una Legnano con la que salíamos a pedalear junto con Emilio. Después el usaba la Zaskar, ya prometía. El entusiasmo siempre le duró, pero también tuvo un patinazo y se compró una Dyno BMX, pasando eso empezó a afinar la puntería y se compró una GT; con esa, cuando cumplió un año, la trajimos acá y salió en una Vairo 8800 con discos, yo en ese entonces curtía la ruta con mi Colner Milano con 105 full. Ya ese verano me tiraba la mountain, me tiraba en realidad salir junto a él, así que para el verano siguiente él se trajo la Vairo y hicimos un pase estratégico: entregamos mi Colner y la canjeamos por material para armar una mountain. Volvió a Córdoba con una Zenith Lanín muy linda armada, y yo volví al mountainbike...pero eso lo dejo para otro lado. Así siguió, en la Villa pedaleaba con gente que en ese momento corria y que lo invitaba a correr porque lo veía con condiciones. En poco tiempo cambió la Zenith por una Marín y empezó a correr. Después se quedó con una Cannondale que era mía, que lo siguió por un montón de lugares e incluso salió campeón con ella. Llegó la Fuji azul, nunca dejó de estar en la pelea en Elite o en Pro, viajó a Brasil a unos Panamericanos...el sueño de cualquiera de nosotros. Ahora espera su Cannondale nueva...
Cada vez que voy a lo de mis viejos trato de llevar mi bici. Siempre pedaleamos juntos, nos perdemos en esa sierra y yo me siento más cerca que nunca de él. Nos divertimos y la pasamos realmente bien. El es un gran orgullo para mí, aparte de ser un gran deportista y una inspiración, es el pibe más sano y con el corazón más grande que conozco. Es muy dedicado, y es el soporte de mis viejos, que no es poca cosa. Llega lejos en la competición, en el deporte, pero no tiene límites en su vida.
Ya lo dije, no puedo ser objetivo...levante la mano el que pueda serlo con un hermano.

Rarezas solo para fanaticos


El disquito de la fecha es una agradable sorpresa que encontré en una disquería de Córdoba, después de tenerlo escuché algunos temas en la radio (en Cual Es lo han pasado). Se trata de Live at The Greek, un doble en vivo grabado por los Black Crowes junto con Jimmy Page, en el Greek Theatre en Los Angeles a fines de 1999. El repertorio desgranado sobre las tablas se redondea como un homenaje a Zeppelin, de los 20 tracks totales 14 son de LZ. El resto es un paseo por clàsicos del R&B, incluyendo a B.B. King o a Fleetwood Mac. Si bine Chris Robinson no es Robert Plant, canta con el corazón cada tema, que es preferible a que se largara a hacer una mala impostación de Plant. Así las versiones suenan frescas y contundentes, y la guitarra de Page, su mítica Les Paul roja y amarilla, se hace sentir, bien distinguible con su particular afinación. El resto de la banda de las hermanos Robinson suena muy bien, ajustada y contundente. Búsquen y escuchen mes amis, vale la pena harto.

sábado, 19 de mayo de 2007

Cosas que pasan en el mountainbike.


El jueves pasado me llegaron las fotos que compré en la carrera de Rio Pintos. Me mandaron un cd con cinco fotos mías en la carrera y un montón de fotos de la carrera en general, desde la inscripción el sábado, la simbólica, la largada oficial, vados, la bajada del mirador, la llegada y los premios, etc. Yo compré las fotos el día de la inscripción, donde te tomaban el número de corredor y después te buscan durante la carrera y así tenés fotos personales. Esto lo descubrí cuando vine por primera vez a correr en el 2005. En esa oportunidad también me mandaron las fotos, pero en vez de un cd, por mail. En los días que recibí esas fotos, un amigo me había dicho que entrara en la página de Trek USA para ver unas bicis, y ahí encontré una parte del sitio destinada a los usuarios de distintas partes del mundo, que escribian mails diciendo lo bien que estaban con sus bicis. Así que eso me dio la idea de mandar las fotos a esa dirección. Grande fue la sorpresa cuando un par de días después me contestaban mi mail pidiéndome algunos datos más sobre las fotos, sobre mí y mi uso de la bici, el lugar donde había sido la carrrera. Entusiasmado contesté ese mail, y días mas tarde, nuevamente, respondieron desde los USA. pero esta vez me escribia una chica, Allison, que era del departamento de marketing del Regional Team, o sea, el equipo de competició regional, también interesada por las fotos. No acaban las sorpresas: en su mail me pide mi dirección postal y mi talla, para enviarme una camiseta original del equipo en agradecimiento al envío de las fotos, con la condición de que le vuelva a envir fotos de alguna otra carrera, pero esta vez usando su camiseta.
Casi un mes después, llega a casa un paquete del US Postal, con la camiseta y unas calcos del Regional Team: sencillamente no lo podia creer. En octubre de ese año cumplí mi promesa, me inscribí en la segunda edición del Desafío del Pedemonte y, por supuesto, largué usando mi camiseta del Regional Team. Luego le envié las fotos que estuvieron posteadas en el sitio de Trek Bikes durante más de un año.
Hoy le estoy mandando a Allison las nuevas fotos de mi participación en Pintos 2007, ya no esperando algún souvenir, sino para reestablecer el contacto, algo que es parecido a lo que me mueve a escribir por acá, o lo que me hace participar en una carrera como Pintos o el Transmontaña, o el mismo Pedemonte, o una salida con los amigos un domingo a la mañana: compartir una pasión con gente que la vive con la misma intensidad que uno. Y las pasiones nunca tienen que morir.

viernes, 18 de mayo de 2007

Rock de guitarras? de que hablan?


Ahora si, si hay que hablar de guitarras, es necesario hacer una parada acá. Si hablamos del sonido de guitarra de Eddie cualquier calificativo es válido menos "limpio". Es decir, para no confundirnos, las guitarras en Van Halen suenan clarísimas, transparentes, pero siempre cargadas de efectos que hacen que suenen voladoras, como flotando en el aire. Me encanta oir como juega en un mismo tema con efectos en la distorsión, sacándole unos sonidos infernales, sin el recurso de sobregrabar guitarras en capas, lo que no está mal, sino que se logran distintos resultados. Hoy ando encima con Van Halen I (1978), un disco que sirve para comprobar que, no es que estos chicos arrancaron de una manera y se fueron poniendo picantes con el transcurso de los discos y la carrera, son contundentes desde sus primeros acordes! Destacan la versión propia de You really gotta me, de los Kinks, y, para mi, Running with the devil, uno de los primeros temas que escuché de ellos. Debo decir que me gusta VH hasta 1984 (el album, no el año), o sea con David Lee Roth en voz, no las otras variantes que vienen después...Mención aparte para la base rítmica, con el bajo galopante de Michael Anthony, y la aplanadora detrás de los toms, el hermanito Alex.
No hay que olvidarse: Yngwie, Steve, Joe, Jake E., Randy, y compañia se devanavan los sesos para sacar el tapping que tan bien pergeñaba el muchachito de la Fender roja y blanca...pavada de yeite, que no es poco.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Erase una vez en La Cumbre



Para todos mis amigos bikers, para los que andan en bici y no la conocen, para los que la sacan de oído y piensan que es "una carrera pedorra por un camino de tierra", alguna vez tienen que hacer La Río Pintos. Vale la pena llegarse hasta allá, es increíble la cantidad de gente, las bicis, la movida los días de la inscripción, los expositores, el camino, el paisaje, la salida en malón, la simbólica con la vueltita por el pueblo, la llegada con esa manga interminable y la gente que aplaude igual al primero como al que la hizo en más de cinco horas. Haganme caso, junten plata, acomodense en un auto con cuatro amigos, viajen durante toda una noche de ida y de vuelta, puteen cuando encuentre la bici rayada porque iba junto con otras en un carro, todo eso justifica la experiencia. Ah! y hay que hacer 75 km eh..
No se van a arrepentir. Es más, van a querer volver.

Ver tambien es rockear.


No sólo escuchando música podés hacer que alguien se apasione con determinado género musical. Ver a tus bandas favoritas en vivo es parte del alimento de la inquietud musical.
Mis primeras incursiones en este asunto en particular se remiten a fines de los `70, años difíciles para cualquer actividad que incluya jóvenes en gran cantidad. (pero si lo veo bien, hay cosas que nunca cambiaron: requisas, policías, perros, agentes de civil a los que se le cae la cara de cops, vallas para hacerte sufrir un poco con los apretujones...no, no ha cambiado, en ese aspecto, nada). Debuté con Vox Dei, tuve la suerte de ver a Manal, Serú, Spinetta Jade, Soda presentando Nada Personal en un boliche, siendo cuatro gatos locos, García con Piano Bar con superbanda GIT+Páez, García con Parte..., García con Como conseguir..., García con Filosofía en el Chateau...García, García, García. Estuve en festivales, el Chateau, La Falda,hasta el Andes Vivo...ví a los Stones...en fín, vi a unos cuantos.
Pero los que más me quedaron, tal vez porque eramos menos, y te podría decir que nos conocíamos, aunque sea tacitamente, eran los de acá. Después de Malvinas había que ir a ver a todo el mundo. Si venía Piero, pero nosotros estabamos escuchando Sandinista de Clash, habia que ir igual...era el aguante al movimiento. Y eso también se reflejaba en las bandas locales. Surgían como los hongos en la selva amazónica, se improvisaban lugares insólitos para tocar, la gente tenía avidez de "ver tocar". En ese contexto tuve la oportunidad de caer en un lugar, en el fondo de un pasaje comercial, un sábado a la siesta boludeando con el Bocacho, en donde se organizaban las "Zapadas del Sol", ya que la galería se llamaba así, Del Sol. Allí un puñado de audaces e improvisados (entre los que me cuento) atacaban algunos instrumentos apiñados en un rincón...y hacían lo que podían. Sábado tras sábado, cada vez juntaba más gente, entonces empezaron a aparacer pequeños grupitos que hacían su set de tres o cuatro canciones, alternando el espacio con otros. Esto estaba bancado, de alguna manera, por un barcito que estaba ahi mismo, cuyo dueño fomentaba estas prácticas. Todos los sábados la velada llegaba a su término con la concurrencia del hijo del dueño del lugar, un freak que se hacía llamar Valiente, que de rocker no tenía nada, mas bien parecía un juglar escapado de una peli de Robin Hood, y que cantaba con una acústica temas de su autoría que eran un pelotazo.
Nobleza obliga todos aplaudiamos y arriesgabamos un otra!, aunque nos pesara...
Esta gente terminó su aventura (por demás loable) con un festival al aire libre en el Gabriela Mistral, de todo un domingo, con mínima concurrencia de público pero gran ambiente woodstockiano, con pseudohippies y todo. De nombres ilustres me acuerdo de Roberto Fiat (actual Alfajores) Sergio Embrioni, los metálicos Azul, una banda que se llamaba 94 que bajaban linea Siloista, y otros que volví a ver años después en ese segundo impulso rockero local en el ´85-´87.
Era un poco decadente, si, no lo voy a negar. Pero si te acordás que las únicas Fender por aquellos días sólo las veíamos en revistas, esa pequeña movida era estar en el mismísmimo Leeds viendo a los Who, y lo mejor de todo era que nosotros estabamos ahí, nos conocíamos todos y eso estaba muy bien.

Hoy estamos escuchando...


Mis queridos amigos, mientras acá al lado mis compañeritos de office escuchan a los Mejicanos Altamente Nocivos para la Audición, les cuento que hoy me vine con uno de mis vinilos rescatados: se trata de Fragile (Yes, 1972) una joya de la corona. Un disco bastante particular, ya que de los nueve temas que lo integran, cinco son incursiones individuales de cada uno de los integrantes. En particular debo agregar que esta formación, conocida como clásica en Yes, es la que siempre me gustó más: Anderson voz, Squire bajo, Wakeman teclados varios, Bruford en batería y Howe en guitarras. Todos, todos, todos los temas son absolutamente lindos, las ejecuciones individuales le trajeron una frescura inusitada al sonido de la banda. Y los cuatro temas grupales son impecables. Mi emoción se la lleva, curiosamente no el tema de Bruford, sino "Mood for a day" hermosamente tocado por Steve Howe. Enjoy!

martes, 15 de mayo de 2007

De que hablamos cuando hablamos de bikes?


Ufff! las bicis...otra de las cositas que arrastro desde siempre. Para llegar hasta donde estamos acá arriba pasó, no solo tiempo, sino también cosas diversas en el medio que me hicieron abrazar la bici como parte de mis huesos...nunca conciente de que era tan así, hasta que miro para atrás.
Atrás atrás queda la bicicletita azul que aguantó que todos mis amiguitos de la cuadra y más allá aprendieran a andar en ella, así fué que quedo defenestrada la pobre. En el momento menos pensado mi viejo caia con la obligatoria rodado 20-plegable-con parrilla, conocidas con el genérico de Aurorita, pero la mía en particular se llamaba Mini Gala (¿!?). Era hermosa para mis ojos de niño, si hasta le quedaba bien el banderín de feliz poseedor del rodado nuevo...con el tiempo se convirtió en el transporte obligatorio de mis andanzas de compañeros de primaria. Experimentó los cambios estéticos de rigor: con cintas en los puños, con cintas en las ruedas, con cucharitas de helado, con bombitas para que haga "ruido a moto", con el manubrio totalmente invertido hacia abajo para hacerla de carrera, sin parrilla, sin guardabarros, con lamparitas "mamadera" de una sola pila grande, con goma trasera con tacos...
Era imprescindible la bici, era el pasaje a la independencia que te permitía ir lejos hasta lo de algún amigo, sin riesgo a los límites de tiempo, porque en tres pedaleadas estabas en casa de nuevo. Además, pasar por la casa de la minita codiciada era más fácil en bici que delatarse caminando por la vereda de enfrente, sumale el valor agregado de pasar en el rodado propio con posibilidad de transporte de pasajera en la parrilla trasera (sentadita de costado si era una lady, parada en la parrilla si era una india).
Cuando empecé la secundaria acá en el Oeste, la usaba para moverme a taller o a gimnasia, no había gran riesgo de que te la roben, lo máximo que podía pasar era que te la escondan, que te la tiren a la fosa del patio del taller, o que la pasen por arriba de una puerta trabada de algun baño clausurado por tapado, con el asco consiguiente al sacarla.
Los sábados a la tarde nos juntabamos a pedalear hacia el parque, al Cerro de la Gloria o a los caminitos del acceso este. En esa época mi humilde R20 estaba bastante baqueteada, pero un día mi tío Victor me convenció de requintarla, como decía él.
Largas horas de lija en el patio de su casa, unas soldaduras de refuerzo en el cuadro, una horquilla cromada rodado 24, guardabarros cromados y pintura en aerosol negra dieron como fruto a una de las bicis mas bonitas que tuve en mi vida.
En una de mis tantísimas ratas al cole con el Negro Adriazola, como era costumbre entrábamos a un cine a ver lo que caiga, lo que la edad permitiera. Así caímos a ver una pelicula que se llamaba "Cutters", traducida acá (con esas traducciones insostenibles) como "Los muchachos del verano". La peli iba de un grupo de pibes, cuatro amigos, típicos marginados del pueblo que acoge una gran universidad, en donde uno de ellos era fanático del ciclismo, adoraba a los ciclístas europeos, a tal punto de hacerse pasar por italiano el chabón...no voy a contarla toda, no desesperar...La cuestión que salí flasheado con las bicis de ruta y de pista, así que no paré hasta vender la mía para pasarme a las ligas mayores.
Así anduvimos, nuevamente con Víctor a la cabeza, buscando bicis usadas en las compraventas, cuadros o lo que pinte. Apareció un cuadrito hermoso, verde brillante que Vic me compró con mis ahorros y poniendo él la diferencia para transformarlo en bicicleta. En un fín de semana la armamos y el domingo para probarla tuve un inconveniente con los pedales...tuvo que esperar el debut, pero ya tenía 15 años y una bici de adulto...estábamos creciendo a pasos agigantados.
Esta verdecita pasó por muchos estados: con frenos, sin frenos y con piñon fijo, sólo freno adelante; después le cambié el color, la pinté blanca y sobre el blanco un degradé del rojo al amarillo pintado a manísimo.
Pedaleaba como un loco, iba al cole en ella, pedaleaba de noche por la costanera, desde el acuario hasta el avión, girábamos con el Negro a la manzana de mi casa haciendo postas a las 12 de la noche en pleno verano...
La vendí para comprar mi primer moto (otras "bikes" de las que ya hablaré), un año y medio después vendía la moto para recuperar mi bici.
Viaje a Córdoba para probar vivir allá, cerca de los viejos, y allá me acompaño un bulto compuesto por un cuadro nuevo, y un par de cosas más para armarla. Con mucho sacrificio, sacando plata de donde no tenía logré terminar de armarla.
Acá viene una parte donde te digo que me agarro de la bici para distraerme de otras cosas. Córdoba fue una etapa particular de mi vida: o la pasaba muy bien o la pasaba muy mal. La bici por casualidad me empezo a llevar a hacer otra actividad, y de a poco me copé y empecé a pedalear mas y mas. Conocí a Oscar, típico ciclista devenido bicicletero, me enganché con su grupo, saliamos a rodar los fines de semana, conocí lugarse copadísimos para pedalear, cambié de ámbito y de costumbres, me volví un enfermito de la bici, de su cuidado y de estar mejorandola constantemente.
Todo duró hasta que decidí dejar Córdoba, a casi cuatro años de haber llegado. Y con mi partida, también partió la bici, mi Miranda - Sáez violetita. Empezaba 1991 y todo volvía al principio...esta historia continuará.

Una sola cosita...

No me voy a poner en patrulla ni mucho menos, esto no tiene intenciones morales ni va con ganas de joder a nadie.
Entiendo que es lindo tener toda la música de la banda preferida, o de bajarte lo ultimísimo que se publicó...esta bueno, si.
Pero está bueno también ser pacientes y juntar el mango y comprarse el disquito original. No es lo mismo la tapa impresa en la Epson que el arte original, con fotitos, letras, acnowledgements, participaciones, productores, estudios de grabación, fechas, etc; igual se escucha lo otro, pero el original tiene otro gusto. El que está acostumbrado a bajarse música de la web o del cd que te prestaron, prueben con uno original...el que ya sabe lo que es...bajate el album que estás esperando, pero aguantá y compratelo original. A la larga, y con el paso del tiempo son pequeños tesoros que uno guarda con mimo y con orgullo, sobre todo cuando invitás a alguien a casa a tomar o a comer algo y pelás ese disquito y te dicen: "boludo, que buen disco!". Esto tiene un origen que lo van a entender mejor los de la época de los vinilos...
Lo que NO cabe de ninguna manera es regalar para alguna ocasión, envuelto y con moñito, un cd trucho. A menos que seas un sibarita y le prepares una selección rarísima e inconseguible, donde se note un remo impresionante de tu parte. Sino, no tiene justificativo. Vamos, que un cd bueno apenas llega a los treinta mangos!

Llevado en las orejas


Hoy tenìa muchas ganas de escuchar algo "lindo"...encontré Permanent Waves (Rush, 1980) justo al alcance de mis manos.
Es uno de mis albums preferidos, de hecho fue el segundo cd que me compré (el primero fue Moving Pictures, también de Rush). Para mí uno de los mejores de Rush. Súper equilibrado, parejo, intenso, un sonido exquisito, este disco marca claramente para donde quiere apuntar el Rush que comienza los ochenta, abandonando un poco las composiciones asociadas al rock sinfónico, con muchos cortes y cambios de ritmos, que a veces parecían dos o tres temas distintos en uno, y cuando comenzaba el track siguiente no sabías si era el tema anterior que continuaba o era uno nuevo que empezaba (no me crucifiquen, esto era la primera vez que los escuchabas...vamos, reconozcan eh...)
Este disco fue conocido en su época por uno o dos temas, pero más que nada por uno en particular: The spirit of the radio; el otro era Free will. Pero si bien doy a entender que me gusta todo, no puedo dejar de mencionar que si hay un tema que me gusta muchiiiiiiiiiiiiiiisimo es Different strings. Esos arpegios, el bajo, la melodía y la voz de un Geddy cada vez menos gritón, el solo del final...es (insisto, para mí) el tema perfecto de este album. Apenas descubra como les empiezo a postear algo de música, mientras tanto, consiganla por su cuenta.

domingo, 13 de mayo de 2007

Con que andamos hoy en las orejas?


Esto va a ser una constante por acá. Es un poco de musiquita que a lo mejor sugiere algo...reescuchar cosas perdidas o ponerse a ver de que se trata. Hoy me traje "Burn" de Deep Purple. Si bien la formación que más me gusta es con Ian Gillan y con Roger Glover, Coverdale pone muchísimo en este disquito, especialmente en Burn y en Mistreaded, una avance del perfil que arrastrará de ahi en adelante. Impresionante el tandem viola-Hammond de Blackmore-Jon Lord.

De que hablamos cuando hablamos de rock?


Cuando hablo de rock hablo del rock que llevo encima.
Llegó temprano, cuando tenía 10 y miraba los discos en la disquería de Celletti, al lado de Masulli, y mientras escuchaba lo que sonaba en el momento, pensaba: "que pasará por la cabeza de estos tipos con semejantes botas y esa pintura rara en la cara...", mirando la tapa de Love Gun con los 4 Fantásticos mirando sobre el hombro todas esas minas a sus pies. Sonar sonaba Laurenz Volzy, el protoDJ pedorro que te mezclaba Beatles y otros menos conocidos, o sino me sonaban los mismismos FabFour (the really) desde la peli Help, o desde Let It Be, viéndola de complemento con mi viejo cuando fuimos a ver Live and Let Die. Después me empezó a sonar con más interés Pescado, con Me gusta ese tajo, o Pastoral o Sui, con ese interés por ver que decían las letras, que había detras de todo eso...
Llegó la hora de cambiar de provincia y llegué al oeste del país y no se en que momento arranqué y me metí en la disquería del Asa Alameda y me compré Some Girls de los Stones. Nunca soporté tener uno de algo que me gustara, así que empecé con la locura de juntar guita para los discos, y el siguiente fue Dinasty, de Kiss. Y ahí me cerró todo: seguir las letras, cantar, air guitar y los solos de Frehley alucinantes de Save Your Love y de X Ray Eyes. Ya estaba en un mundo del cual no se volvía, empecé a comprar revistas: la primera fué RockSuperstar, donde hablaban de un trío nuevo que hacía una música detestable para los colosos del progresivo inglés, encima tenian un nombre chotísimo: The Police, pero en la RSS te decían ¨si no se te parte el corazón con Roxanne, es que ya te moriste¨
Viajé a BA con la única idea de comprar discos y unas All Stars. Volví con Rock and Roll Over, Destroyer y The Game. Me fuí dos días a Chile y me traje Alive I. Si no podia comprar discos, enganché una disquería que vendía magazines ¿? cintas tipo cassettes (¨eight tracks¨ en USA) y compré Eagles, Zeppelin, Beatles, Purple, Yes (boludo tenía Yessongs!!!!!) Billy Cobham, lo que encontraba. Me pasaba horas enteras mirando albums en Galli, soñando poder comprarlos todos.
No faltó mucho para que hablaramos en el cole de armar una banda. En tercer año yo quería tocar la guitarra. Me rompía la cabeza Jimmy Page, le seguía de cerca Blackmore, pero como Jimmy no había, esa presencia, esos pantalones blancos con los que lo retrataba la Pelo...alguien así era un modelo a seguir...
Un vecino más grande, Tali, al que veía como un boludazo hasta ese momento, me invita a un ensayo de su banda, donde él cantaba y hacía percusión, y previamente había tocado la batería...la batería, me entendés!
A partir de ahí cambió mi vocación: si bien seguía admirando los grandes guitarristas, ahora quería ser batero.
Entonces también cambió la forma de escuchar música; del air guitar paradito al lado del baffle, pasé a armarme el set arriba de la cama: cinco cuerpos de almohadones y dos electrodos como baquetas. Poner un disco desde el principio y sacar todos todos los ritmos, rulos, apoyaturas y probar hasta con los solos...para eso Black Diamond del Alive I de Kiss era a-lu-ci-nan-te. Y también empece a admirar a otros monstruos, y así pasé de Peter Criss a Ian Paice, Bill Bruford, Carmine Appice, Billy Cobham, Alan White, Stewart Copeland (!!!!), Carl Palmer, Keith Moon, Pomo, Moro, Rubén Basoalto, Javier Martínez, Michel Peyronel y el más grande: el Bonzo Bonham...y después escuche y ví tocar a Neil Peart.
Con el tiempo empecé a ver como hacía para comprarme una batería. Para una fiestita en el cole tuve la oportunidad de juntarme con una, llevarmela a casa y por primera vez batir un parche...era la gloria. Los electrodos fueron reemplazados por verdaderas baquetas, que me parecían enormes! Sacudí la casa tratando de seguir un ritmo todo el fín de semana, sabía lo que quería desde el alma por primera vez en la vida. Cometí el error de prometer pasar cuarto año (por la bata yo prometía cualquier cosa) sacando ocho de las diez materias que tenia para rendir a cambio de una Pearl que vendían en cuotas en Rosaenz. Quiso el destino que en esas vacaciones que me pronosticaban largas horas de estudio a la sombra, conociera en un campamento en Potrerillos a un grupejo de enfermitos por la música que me invitaron a tocar (sin más experiencia que lo que conté antes...) apenas bajaramos a la city. Con la vil excusa de estudiar química, me iba todas las siestas a lo de Juan M. a tocar con ellos. Ahí conocí en profundidad a Rush, y debuté en los ensayos sacando Xanadú!
No duró mucho mi engaño...había que convencerse que no pasaba de año ni cagando con ese ritmo...y así fue.
Repetí pero eso no fue impedimento para que buscara la manera de tocar, de conseguir una bata.
Al año siguente conocí unos pendejitos que tocaban, uno de ellos salía con una amiga, era rarísimo, yo lo odiaba y habíamos jurado romperle los dientes entre Beto, el Pepe y seguro Catuto. Grande fue la sorpresa cuando el mocoso me invitó a tocar con el y sus amigos, con batería puesta y todo! Dejé de lado cualquier principio de amistad con las mujeres (sorry Gaby) y me enganché con los boluditos. Hasta tuvo nombre el proyecto: Hipertrofia.
Paralelamente a mis incursiones en cuanta batería ajena pudiera, me pasaba todo el tiempo imaginando en cuadernos a supergrupos con amigos, con nombres y discos y todo. Así pasó Noide e Hydra con Catuto en guitarra y voz, Horacio el Vivo en lead guitar, Kaco en bajo y yo on the drums, estuvo también en otras formaciones el Negro Adriazola en bajo, el Bochacho en gutarra con el pucho en la boca a lo Richards, el Beto en teclas, Ale Servant en guitarra y voz, el Nando en bajo y coros (con estos tres últimos grabamos Cielito Nublado, un rock de gutarras con fuerte inspiración VanHalera, una tarde en lo del Ale).
El último año de la secundaria, durante una noche en casa y después de comoer un asado, salimos a dar una vuelta y terminamos en la galería Caracol, donde habían instrumentos y un escenario para zapar el que pinte. Llegamos tarde, ya se iban, pero nos rompió la cabeza la idea de volver y tocar. Entre los motivados por la idea estaban el Yegua Arenas, poseedor de la primera guitarra eléctrica que tuve en mis manos...y el Tato.
Comenzó el verano, se vino el terremoto, las cosas se pusieron heavy como nunca...y en ese quilombo que fue mi vida en ese preciso instante, caen como paracaidistas los chicos a reflotar el proyecto ideado aquella noche en la Caracol.
Así fue que conocía al primo del Tato, nada menos que al Nando, que tocaba la guitarra y era un pibe copado, en realidad era un tierno, más chico que nosotros, buenazo y con onda. Ese fue el empujón hacia el rock verdadero. pero es tan fuerte que mejor la sigo después.

sábado, 12 de mayo de 2007

El porque de un blog

Acá estamos.
No es casualidad que distintos grupos de gente en estos días hayan coincidido conmigo en lo bueno de crear un blog, aún sin saber bien de que se trataba. Lo que si está claro es que saltaba a la vista que hacia falta un espacio, el patio para jugar, donde poder expresar lo que tantas veces al día pasa por mi cabeza, lo que hablo con los amigos, lo que te deja un golpe en el día...o lo que dé la gana.

Estuve tantas veces tentado...pero estuve también pensando si no había llegado tarde a los blogs. Acá se verá, espero que no.

Ayer, pensando en la viabilidad de mi decisión de empezar, pensaba que volcar...hay tantas cosas. Lo más probable que acá se junten, más que nada, las cosas que me gustan. Pero no escapa la posibilidad que aparezcan otras cosas. Ya me ha pasado que los estados de animo son tan pesados, tan volumetricos, que (cuando he tenido oportunidad) aparecen reflejados en cosas como este espacio. En todo caso prefiero que sea así y no seguir empujando a mis compañeros de tarea hacia el odio demencial contra mí cuando arrastro malhumores producto de variados motivos que van desde el atraso del 44 hasta algún patinazo de Lu en el cole recordado via celu por my beloved wife.

Como sea, llegué hasta acá y estoy con el arremetimiento del entusiasmo de lo nuevo.

De a poco lo iremos completando, regulando, piloteando bah.

No quiero cerrar esta intro sin dejar de mencionar que también si llegué hasta acá fue por Cual es?, por Lola, por Camisay, por las libretitas que aún me acompañan y que recibirán su justa actualización tecnológica, por cosas que no deben perderse, por lo que quiero a Lu, porque si no escribo hay cosas tain insólitas que si las cuento y no me creen, vuelvo acá y me refresco para ver si exagero o no, por el rock que me acompaña desde siempre, por las bicis y lo que ellas arrastran y por otras cuantas cosas más que ahora no me salen.

Acá estoy, que no es poco.