domingo, 13 de mayo de 2007

De que hablamos cuando hablamos de rock?


Cuando hablo de rock hablo del rock que llevo encima.
Llegó temprano, cuando tenía 10 y miraba los discos en la disquería de Celletti, al lado de Masulli, y mientras escuchaba lo que sonaba en el momento, pensaba: "que pasará por la cabeza de estos tipos con semejantes botas y esa pintura rara en la cara...", mirando la tapa de Love Gun con los 4 Fantásticos mirando sobre el hombro todas esas minas a sus pies. Sonar sonaba Laurenz Volzy, el protoDJ pedorro que te mezclaba Beatles y otros menos conocidos, o sino me sonaban los mismismos FabFour (the really) desde la peli Help, o desde Let It Be, viéndola de complemento con mi viejo cuando fuimos a ver Live and Let Die. Después me empezó a sonar con más interés Pescado, con Me gusta ese tajo, o Pastoral o Sui, con ese interés por ver que decían las letras, que había detras de todo eso...
Llegó la hora de cambiar de provincia y llegué al oeste del país y no se en que momento arranqué y me metí en la disquería del Asa Alameda y me compré Some Girls de los Stones. Nunca soporté tener uno de algo que me gustara, así que empecé con la locura de juntar guita para los discos, y el siguiente fue Dinasty, de Kiss. Y ahí me cerró todo: seguir las letras, cantar, air guitar y los solos de Frehley alucinantes de Save Your Love y de X Ray Eyes. Ya estaba en un mundo del cual no se volvía, empecé a comprar revistas: la primera fué RockSuperstar, donde hablaban de un trío nuevo que hacía una música detestable para los colosos del progresivo inglés, encima tenian un nombre chotísimo: The Police, pero en la RSS te decían ¨si no se te parte el corazón con Roxanne, es que ya te moriste¨
Viajé a BA con la única idea de comprar discos y unas All Stars. Volví con Rock and Roll Over, Destroyer y The Game. Me fuí dos días a Chile y me traje Alive I. Si no podia comprar discos, enganché una disquería que vendía magazines ¿? cintas tipo cassettes (¨eight tracks¨ en USA) y compré Eagles, Zeppelin, Beatles, Purple, Yes (boludo tenía Yessongs!!!!!) Billy Cobham, lo que encontraba. Me pasaba horas enteras mirando albums en Galli, soñando poder comprarlos todos.
No faltó mucho para que hablaramos en el cole de armar una banda. En tercer año yo quería tocar la guitarra. Me rompía la cabeza Jimmy Page, le seguía de cerca Blackmore, pero como Jimmy no había, esa presencia, esos pantalones blancos con los que lo retrataba la Pelo...alguien así era un modelo a seguir...
Un vecino más grande, Tali, al que veía como un boludazo hasta ese momento, me invita a un ensayo de su banda, donde él cantaba y hacía percusión, y previamente había tocado la batería...la batería, me entendés!
A partir de ahí cambió mi vocación: si bien seguía admirando los grandes guitarristas, ahora quería ser batero.
Entonces también cambió la forma de escuchar música; del air guitar paradito al lado del baffle, pasé a armarme el set arriba de la cama: cinco cuerpos de almohadones y dos electrodos como baquetas. Poner un disco desde el principio y sacar todos todos los ritmos, rulos, apoyaturas y probar hasta con los solos...para eso Black Diamond del Alive I de Kiss era a-lu-ci-nan-te. Y también empece a admirar a otros monstruos, y así pasé de Peter Criss a Ian Paice, Bill Bruford, Carmine Appice, Billy Cobham, Alan White, Stewart Copeland (!!!!), Carl Palmer, Keith Moon, Pomo, Moro, Rubén Basoalto, Javier Martínez, Michel Peyronel y el más grande: el Bonzo Bonham...y después escuche y ví tocar a Neil Peart.
Con el tiempo empecé a ver como hacía para comprarme una batería. Para una fiestita en el cole tuve la oportunidad de juntarme con una, llevarmela a casa y por primera vez batir un parche...era la gloria. Los electrodos fueron reemplazados por verdaderas baquetas, que me parecían enormes! Sacudí la casa tratando de seguir un ritmo todo el fín de semana, sabía lo que quería desde el alma por primera vez en la vida. Cometí el error de prometer pasar cuarto año (por la bata yo prometía cualquier cosa) sacando ocho de las diez materias que tenia para rendir a cambio de una Pearl que vendían en cuotas en Rosaenz. Quiso el destino que en esas vacaciones que me pronosticaban largas horas de estudio a la sombra, conociera en un campamento en Potrerillos a un grupejo de enfermitos por la música que me invitaron a tocar (sin más experiencia que lo que conté antes...) apenas bajaramos a la city. Con la vil excusa de estudiar química, me iba todas las siestas a lo de Juan M. a tocar con ellos. Ahí conocí en profundidad a Rush, y debuté en los ensayos sacando Xanadú!
No duró mucho mi engaño...había que convencerse que no pasaba de año ni cagando con ese ritmo...y así fue.
Repetí pero eso no fue impedimento para que buscara la manera de tocar, de conseguir una bata.
Al año siguente conocí unos pendejitos que tocaban, uno de ellos salía con una amiga, era rarísimo, yo lo odiaba y habíamos jurado romperle los dientes entre Beto, el Pepe y seguro Catuto. Grande fue la sorpresa cuando el mocoso me invitó a tocar con el y sus amigos, con batería puesta y todo! Dejé de lado cualquier principio de amistad con las mujeres (sorry Gaby) y me enganché con los boluditos. Hasta tuvo nombre el proyecto: Hipertrofia.
Paralelamente a mis incursiones en cuanta batería ajena pudiera, me pasaba todo el tiempo imaginando en cuadernos a supergrupos con amigos, con nombres y discos y todo. Así pasó Noide e Hydra con Catuto en guitarra y voz, Horacio el Vivo en lead guitar, Kaco en bajo y yo on the drums, estuvo también en otras formaciones el Negro Adriazola en bajo, el Bochacho en gutarra con el pucho en la boca a lo Richards, el Beto en teclas, Ale Servant en guitarra y voz, el Nando en bajo y coros (con estos tres últimos grabamos Cielito Nublado, un rock de gutarras con fuerte inspiración VanHalera, una tarde en lo del Ale).
El último año de la secundaria, durante una noche en casa y después de comoer un asado, salimos a dar una vuelta y terminamos en la galería Caracol, donde habían instrumentos y un escenario para zapar el que pinte. Llegamos tarde, ya se iban, pero nos rompió la cabeza la idea de volver y tocar. Entre los motivados por la idea estaban el Yegua Arenas, poseedor de la primera guitarra eléctrica que tuve en mis manos...y el Tato.
Comenzó el verano, se vino el terremoto, las cosas se pusieron heavy como nunca...y en ese quilombo que fue mi vida en ese preciso instante, caen como paracaidistas los chicos a reflotar el proyecto ideado aquella noche en la Caracol.
Así fue que conocía al primo del Tato, nada menos que al Nando, que tocaba la guitarra y era un pibe copado, en realidad era un tierno, más chico que nosotros, buenazo y con onda. Ese fue el empujón hacia el rock verdadero. pero es tan fuerte que mejor la sigo después.

2 comentarios:

tato maturano dijo...

Guauuu... volver a los 17 después de vivir un siglo...
Recuerdo casi perfectamente esa noche en la Galería Caracol. También recuerdo mi elección de ser bajista de esa banda que estaba naciendo (los detalles se los dejo a Pit) por la fascinacioón que me había producido Gene Simmons. Y solo un comentario más: Pit fue el que me hizo conocer a la banda más grossa de la historia del rock. RUSH. Una tarde de secundaria le pedí que me grabara en un cassette (que antigüedad) un rejuntado de música "heavy" (kiss - purple - maiden - sabbath - etc.) y entre estos aparecen de repente "The Spirit of the Radio" y "Free Will"... desde ese momento no fui el mismo.
La historia continuará.

pit dijo...

Pensar que de aquella noche en la Caracol, el que más a mano tiene a los monstruos del rock por vivir en los USA, es el más amargo de todos en el sentido musical. No me voy a olvidar nunca cuando me dijo "todavía escuchás Yes, eso ya pasó de moda"...que lo partan mil rayos, voto a Odín!