martes, 24 de marzo de 2009

El dia en que todos fuimos sospechosos


Hoy se cumplen 33 años del golpe de estado que más afectó a nuestro país, el último (si se quiere) de una serie de golpes militares iniciada en 1930, que castigó de todas las maneras conocidas a gran parte de la población y que, aún hoy, afecta a los que vivieron y sobrevivieron aquellos años de terror. Es extraño haber pasado parte de la niñez y la adolescencia en esos días y estar acá como si nada. Es como haber perdido algo en no saber donde y que no extrañe que lo haya perdido. Lo cierto es que, hoy por hoy, mi realidad fue la de muchos otros que no sabíamos que estaba pasando, que intuíamos que, si derrapabas, si te "portabas mal", las consecuencias eran graves. Lo que pasa es que, como con todo, no había claridad de que podía ser hacer las cosas mal para un adolescente. En la escuela, con un teniente coronel de vicedirector, una cagada a pedos en la dirección incluía el calificativo de "subversivo", sin dimensionar con exactitud lo que implicaba semejante mote. A la distancia, y con el conocimiento de los horrores de la época, te juro que se me pone la piel de gallina. Malvinas era otro caso: todas las mañanas, a la entrada de la escuela, rezábamos por nuestros soldados, algunos hasta compañeros de cole, que habían sido mandados al sur. Había una arenga constante con la que nos inculcaban que se hacía imperioso el sacrificio por la defensa de la soberanía, y el sacrificio era en todos los frentes...eso nos aterraba, con sólo diecisiete años tener que ir al comando militar a recibir instrucciones sobre tus próximos días a medida que se desarrollaba el conflicto...realmente una locura. Tuvimos más conciencia a medida que avanzaba la apertura democrática, y ahí percibiamos que los días eran peligrosos, y las noches eran para, siempre con documentos, volver temprano a casa. Que cosa rara haber estado en semejante pedazo de historia, que dobló para siempre gran parte de una generación que estaba muy cerca mio. Cuando escucho tanto hablar de vuelta de la colimba o pena de muerte, dos cosas que eran de todos los días durante lo que duró el proceso militar, pienso nuevamente que pais raro que somos, tan egoísta y sin memoria, tan miopes que no somo capaces de ver que en manos de esa justicia tan corrupta, lenta, sobornada hasta el hartazgo y manejada tan evidentemente queremos poner la decisión de quitarle la vida a las personas. Aceptaríamos semejante locura? Aceptaremos volver a ser potenciales sospechosos, en estos días en que al gobierno, cuando le molesta algo, hace lo imposible por sacárselo de encima? (sino vean lo de la Ley de Radiodifusión) Seguro que algo hay que hacer, todos somos rehenes de lo que pasa con el delito, pero seamos una vez algo reflexivos, aprendamos de nuestra propia historia y no busquemos la solución individual y automática. No se como, pero es hora de que se nos ocurra algo más comprometido para cambiar, de verdad. (foto: Horacio Villalobos, archivo Blanco y Negro, ARGRA)

4 comentarios:

Richard dijo...

Muy bueno Pit. Yo era más chico en esa época pero no hay forma de olvidar todo eso.
Recordemos tambien que una mayoritaria clase media estaba a favor de dichos golpes (incluídos ciertos políticos que hoy hablan de todas las ventajas de la democracia...), da mucha bronca todo esto.
Ovbianmente que este tema da para hablar indefinidamente pero otra de las facetas recomendables de lectura es cómo y para quienes se comenzó a gobernar a partir del '76 a nivel político-económico. Con una imagen hipócrita de patria esta gente (y millones de civiles cómplices, no olvidar), saquearon la industria, endeudaron el país en una gran estafa donde esos fondos quedaron en manos privadas, iniciaron un ciclo de pobreza y exclusión social el cual todavía no sólo no termina sino que la han continuado todos los gobiernos hasta hoy y no se sabe cómo salir.
En fin no quiero redundar en temas sabidos, ni dejarme llevar por la impotencia. Como decís vos, todos tenemos responsabilidad para salir de esto y hagamos lo que nos toque en cada uno de nuestros puestos por una Patria para todos.

Un abrazo

pit dijo...

Realmente es algo que dá para hablar y extenderse más, me encantaría hacerlo, sólo quería con esto poner un poco un punto de vista muy personal sobre aquellos días y como hoy siguen repercutiendo, como decís vos, en distintos aspectos: economía, política y sociedad. Fue el comienzo de un gran plan nefasto que, con la llegada de la democracia en el 83, todos creían que se acababa...como también lo creíamos en el 2001...pero las cosas de fondo nunca cambiaron, siguieron su curso en función de los mandatos de los poderosos que estuvieron en el 76 y siguen intocables hoy.
Un comentario tuyo nunca redunda Richard.

valeuruc dijo...

Voy a contar una anécdota q me quedó grabada para siempre de esa época; cuando mi mamá me dijo: "nos estamos arreglando para ir a la fiesta de la democracia" y me calzó las zapatillas,una bandera argentina en la mano y ahí salimos con mis hermanos, papá y mamá, a esa fiesta que verdaderamente no entendía nada de qué se trataba.
La pasamos muy bien viendo a mis padres felices, enseñándonos canciones q gritaban miles de personas mientras caminábamos por la avenida san martín moviendo las banderitas :)
por suerte tengo el recuerdo del final de aquella época espantosa q tanto sufrieron mis padres (ella directora de una escuela y él periodista del diario Los Andes del cual perdieron a dos compañeros).
Por suerte esa fiesta de la democracia podemos disfrutarla hasta nuestros días y firmemente podemos decir: nunca pero nunca maishhhh

pit dijo...

Ojalá todos pensáramos lo mismo, que no se repita...pero me horroriza escuchar a la gente (por ejemplo compañeros de trabajo) que dicen: "con los milicos esto no pasaba"...que parte no entendieron?