Otra vez en boca de gente con no se que poderes o investiduras, dueños de la opinión mediática y parados sobre una impunidad que raya lo divino a la hora de condenar, nuestro querido Charly está. Cuantos salen a aprovechar sus tropiezos sacando partido a golpe de bajezas e indiscretas tomas papparazas, que invocando la libre expresión tocan lo morboso con toda la palma. No soy fanático ciego. Charly me gusta, en lo musical, en buena parte de su obra, pero no todo. Pero detesto que se lo bardee de la manera que lo vienen haciendo desde hace unos años. Que él da pie, seguro...pero ese pie lo toman los carroñeros de siempre, todos de naturaleza animal mucho más criticable que el propio criticado. Cuando suceden estas cosas, cuando veo su retrato como el de hoy en la tapa del diario, prefiero hacerme el boludo y mirar para otro lado. No digo ni siquiera que me da pena ni nada. Pongo Desarma y Sangra o Separata en mi ITunes y disfruto de una música incuestionable y casi mágica, refrescante y balsámica, y me olvido de todas las pelotudeces...Ya sé, refutadores de leyendas: no es manera de andar por la vida, no, pero sí de hacerla más soportable. Y creo también que, cuanta más bola le de uno a lo que te muestran los tendenciosos medios, aunque sea para ponerse en contra, les hacemos el caldo más gordo y les damos pie para que sigan escrachando, publicando, sacando al aire y fotografiando. Y también, aguante Charly, una vez más...
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