miércoles, 6 de junio de 2007
Joven argentino fanatico de rock
Alguna vez todos nos definimos como fanáticos del rock. Si, si, no nos engañemos: fanáticos. Cómo saber si lo seguimos siendo, o si quedó algo de ese fulgor...fácil.
1) Yendo por la calle, escuchando la radio del auto pasan el tema perfecto de tu banda preferida: aparte de subir el volumen, repasás cada rulo de batería, cada corte, los riffs y gritás el estribillo al tiempo que se te dibuja una sonrisa...
2) Te quedás más de 10 minutos parado en la vidriera de una casa de intrumentos, te gustan todos y no tocás ni el timbre.
3) Te acordás de las formaciones y las discografías de bandas que desaparecieron hace más de 20 años.
4) Con más de 40s te animás a bancarte un recital en un estadio...con un montón de pendejos que te voltean en el mosh.
5) La cubierta de la impresora de tu oficina suena como un redoblante, y el pasamanos del bondi es un diapasón.
6) El viejo truco de cantar en la ducha también es una señal.
7) Alrededor tuyo SIEMPRE suena música: walkman, radio, equipo, estéreo del auto, compu con ITunes, radio por WMP.
8) La ropa que te resulta más cómodo son los jeans, las remeras negras y las zapatillas.
9) Recurrís a algún menor cercano (hijo, sobrino, hermanito...) para que te baje el ringtone Sweet Child O´Mine.
10) En los casamientos insistís en poguear con tus amigos...aunque sea con los Auténticos Decadentes.
11) Alguna vez soñaste con formar tu propia banda de rock.
Si no te reconocés en alguna de estas actitudes, nunca estuviste más lejos de llevar el rock en la sangre.
Si te reconocés, que bueno...eso quiere decir que no estoy tan equivocado.
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