Lo que lean de esta última entrada sobre Arzak está transcripto tal cual como lo tengo guardado en una pequeña libreta...la redacción apurada delata que siempre escribía esas notas en cafés desayunando, o en la terminal de omnibus o en alguna plaza. Es una mezcla de ansiedad y disponibilidad temporal. Pero lo que es innegable es la gran nostalgia que destilan estas notas...al verlas ahora, a la distancia, entiendo las ganas que tenía en ese momento de salir de Córdoba, de recuperar mis amigos y mis pasiones, de lo ajeno que me sentía...
Cuando hablaba de disfrutar los momentos previos a tocar, realmente me refiero a que durante las pruebas de sonido y el armado, eramos como cualquier banda de rock trascendental...eramos dioses asentando en distintos lugares del Olimpo para manifestarnos ante los mortales...eramos los Beatles en la terraza de Abbey Road...los Zeppelin recorriendo el MSG haciendo bromas entre las butacas mientras los plomos armaban la Ludwig del Bonzo...era la gloria. El momento de los toques era más vertiginoso, y si, todo pasaba en un segundo, fatal o glorioso, pero segundo al fin...
Arzak fue una parte muy hermosa de mi vida, es un sueño cumplido, algo que me acompaña siempre...
Revuelvan todos en su interior, algo así tenemos todos...15 minutos de fama, o de gloria o de brillo estelar...que bueno, no?
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