lunes, 5 de septiembre de 2011
Los riesgos de la profesión (II)
Restos del equipo del veterano reportero Bill Biggart, uno de los tantos reporteros presentes el 11 de setiembre de 2001 en el WTC en New York. Biggart tomaba las fotos en el mismisimo lugar donde apenas segundos antes la torre sur se había desmoronado, cuando alertó a un grupo de policías sobre los escombros y la urgente búsqueda de sobrevivientes en ellos. Cuando el grupo se dirigía hacia allí advirtieron que la torre norte colapsaba y dieron la voz de huída. Biggart era el último en la fila. Al disiparse el polvo los policías recontaron: Bill no estaba. Cuatro días después fue hallado, junto a su equipo. Su última foto tal vez sea la primera de la fachada de una de las torres completamente desplomada. (Todas las fotos: Life.com)
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4 comentarios:
sin palabras ...
Heavy, no? Lo que asombra es que la última foto no es a tres kilómetros del lugar, sino que es ahí mismo...la abstracción de la profesión es asombrosamente poderosa.
Un abrazo.
Guau... la verdad es que impresiona.
Lo más increíble es cómo puede llegar a arriesgarse una persona por hacer lo que le gusta, por su pasión... Aunque hay veces como esta, que sería mejor dejar eso en un segundo plano (nunca mejor dicho).
Esta profesión tiene un montón de casos como este, desgraciadamente parece que el magnetismo de la toma perfecta es demasiado...aún sobre la propia vida. Así perdímos desde los más cercanos Tim Hetherington y Chris Hondo en Libia en abril de este año hasta Robert Capa en Indochina en 1947.
Gracias por tu comentario Cassandra!
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