sábado, 13 de agosto de 2011

Historieta triste


Ayer nos enterábamos de la muerte (otra más este año) de Francisco Solano López, gran dibujante conocido popularmente por ser el que ilustró esa enorme pieza de la historieta argentina que fue El Eternauta. Yo lo conocí en sus incursiones en Nippur cuando dibujaba Aguilas Negras, pero profundice en su pluma en la época de Fierro, con personajes tremendamente expresivos como los de Evaristo o los de Ministerio. Dado que perteneció a la generación dorada de la historieta nacional, su ausencia será doblemente triste y su legado será inolvidable.
Acá un pequeño resumen biográfico según una nota de Clarín.com:

...siendo un veinteañero se incorporó a la legendaria editorial Columba, a comienzos de los años 50, en plena “edad de oro” de la historieta argentina. Pasó luego a editorial Abril y allí es donde se produjó el “momento místico”, el choque de planetas: conoció a Oesterheld, un guionista imaginativo y taciturno con el formaría una dupla irrepetible. Antes de volarle la cabeza a todos con El Eternauta , la dupla Lennon-McCartney del cómic argentino creó tiras que están grabadas en la memoria de muchos abuelos de hoy en día, como Bull Rocket , Uma-Uma , Rolo el marciano adoptivo o Joe Zonda . Verdaderos clásicos de los años más fecundos de la historieta nacional.

El fácilmente reconocible talento de Solano hizo que, al acabar El Eternauta , fuera fichado por la editorial británica Fleetway, en lo que sería su primer vínculo con grandes casas del comic internacional (como Dark Horse y Fantagraphics). Una relación que se mantendría a lo largo de toda su vida. En estas “grandes ligas” de la historieta, Solano paseó su maestría por géneros como el terror y el erotismo, pero también tuvo espacio para crear obras “de autor”, como Ministerio e Instituto , dos piezas maestras, oscurísimas y sexys.

Durante la dictadura, exiliado en Madrid, Solano produjo –con guiones de su hijo Gabriel– las series Ana e Historias tristes , en las que se reflejaba un estado de ánimo marcado por el desarraigo y los fantasmas del horror, la represión y la muerte.

Tras el secuestro de Oesterheld en 1977, Solano logró sacar a su hijo Gabriel de la cárcel y escapó con él a España, para alejarlo de las garras de los grupos de tareas. “Se salvó por una pestaña”, recordaría más tarde.

Tras el exilio, junto con el guionista Pablo Maiztegui (Pol), Solano intentó continuar con las peripecias de su personaje más famoso, lo que provocó algunas fricciones por derechos con la familia Oesterheld. Pese a eso, dio vida a una secuela de El Eternauta , que salió durante varios años en Italia y que fue publicada en la Argentina por la editorial A4. Más tarde, la agrupación kirchnerista La Cámpora, que adoptó al personaje para representar a Néstor Kirchner.

Con El Eternauta , a Solano le pasó lo mismo que a tantos músicos o directores de cine encorsetados por sus obras maestras. El fulgor su trabajo más celebrado impidió, de cierta forma, que el gran público pudiera apreciar una carrera repleta de trabajos excepcionales, entre los que se destaca esa magnífica novela de la porteñidad que es Evaristo . Publicada primero en SuperHumor y luego en Fierro, esta historieta (con guión de Carlos Sampayo, otro prócer), da cuenta de que la historieta es uno de los géneros que más y mejor ha logrado retratar el alma urbana de Buenos Aires. Y pocos como Solano han logrado capturar ese alma en toda su belleza, violencia y complejidad.

2 comentarios:

Richard dijo...

Lamento este pérdida. Aunque con sólo El Eternauta se puede ir "en paz". La única historieta que me "enganchó" en mi vida.Un grande

pit dijo...

Supo trabajar con muy buenos guionistas, estoy seguro que si conocieras, por lo menos, Evaristo, te encantaría.
Gracias por el comentario!