martes, 7 de diciembre de 2010

Todo tiene que ver con todo


Esto lo conté hace poco: cuando estaba en la secundaria era un disperso total, me la pasaba dibujando todo el tiempo. Los dibujos recurrentes eran relacionados a la música: baterías, guitarras, escenarios, bajos; y también dibujaba muchos logos de bandas copiados de las tapas de los discos. Entre esos estaba, por supuesto, el logo de Yes. Las tapas de sus albumes eran alucinantes para mí, mezcla de onirismo y ciencia ficción, espacio y mares extraños, peces y máquinas voladoras. Yes, como dije en el post anterior, me cautivaba no sólo por su música sino también por su imagen. Las tapas de los discos tenían íntima relación con sus escenografías para los conciertos, creando el conjunto climas muy especiales. Repetía hasta el cansancio el logo: la panza bajo la e, el ojo de la e, el borde superior de la y, la curva principal de la s...todos los detalles, hasta tratar de sacarlo lo más parecido posible. Lo dibujé en todos lados: en carpetas, cuadernos, láminas pegadas en mi cuarto, remeras. Me cautivaba esa línea tan particular, tan distinta a otras ilustraciones que copaban las tapas de los LPs. Hasta ese momento los dibujos eran sólo pasatiempo, sin ninguna relación con la carrera que estaba cursando en el cole. Pero no fue hasta 1982 que un amigo me comentó que por que no pensaba en estudiar diseño gráfico, que tenía un amigo mayor que nosotros que estaba en esa carrera y me trajo un libro para que viera diseño aplicado en cosas concretas, como para redondear la idea. El libro era nada más ni nada menos que Views, el libro que recopila la obra de Roger Dean dedicada a Yes. Mi alucinación con ese material fue tal que decidí de ahi en más que quería hacer de mi vida: me iba a ganar el sustento con una carrera que me relacionaba con el dibujo. Por otro lado perseguí el libro durante años: cuando lo encontré para comprarlo por primera vez, en Córdoba en 1988, era incomprable para mi, valía tres veces mi sueldo! casi abandoné la idea de tenerlo en ese momento. Años más tarde lo recibía de regalo para mi cumpleaños. Ahí estaba, no paraba de mirarlo, de hojearlo, de leerlo, lo exprimía con la mirada. Es un gran tesoro en mi biblioteca, nunca dejo de verlo, siempre hay un tiempito para darle un vistazo. Conocer la obra de Dean fue uno de los factores que modificó mi rumbo en la vida para decidirme que quería ser profesionalmente. Hoy volver a ver ese libro, o las tapas de Yes me conectan con mis dieciseis años y me alegra saber que he sido consecuente con mis sueños de adolescente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguna vez quiero ver ese libro, también deliro con los dibujos de las tapas de Yes.
Grande Pit!