Hace unas semanas fue el recital de Calamaro. Como imponen las nuevas costumbres espectaculares, hubo un sector VIP (very important pelotuds?) retratado ocasionalmente por los medios para sus secciones de sociales, instalado para que los muñequitos de siempre concurran (5 minutos antes que empiece el show) peinaditos para la ocasión, igual que como saldrán cuando termine el concierto. Mientras éste discurre ellos degustan vinos-auspicio seguro-y, obviamente, sushi...Y yo me pregunto: en que momento nos fuimos tan al carajo? qué es toda esta puesta que vá desde el VIP de Calamaro hasta la medialuna de los shows de U2? Cómo se perdió tanto la forma de algo que durante años fue de otra manera? No es un pensamiento retrógrado, no way. Vos vas a ver una banda en vivo para conectar, para contagiarte de la energía de tener tu ídolo (intocable, superdios) ahí, al alcance de la mano, como nunca lo viste y como, tal vez, nunca lo puedas volver a ver. Para eso uno se bancó horas de cola, plantón en el campo y hasta bandas soportes insoportables, todo en una especie de ritual necesario que quedará en el anecdotario de los recitales-de-rock-a-los-que-fuí.
No me vengas con VIP, para estar sentado ahí hecho un pescado andate a tu casa y poné el disco, que seguro lo tenés grabado trucho o pirateado en la compu, en MP3, vos que entendés tanto de sonido. El rock se vive, como ya he dicho más de una vez, te guste quién te guste, Miranda o Carajo, Madonna o Pink Floyd. Ergo: la VIP está muerta y los que están en ella también. Si ni saben que van a ver, boludo! Les dá lo mismo Andrés, Arjona o Angus Young. Son los desorientados del gusto, pero que estan "porque hay que estar". Leen lo que hay que leer, Coelho o García Marquez, ven cine iraní y lloran "con esa gente tan pintoresca". Como dije una vez, los que están por la uniformidad del gusto, cualquier bondi los deja...los verdaderos VIP, very important pelotuds, al criollo: pelotudos importantes.